Desde el punto de vista del
aprovechamiento energético, la biomasa se caracteriza por tener un bajo
contenido de carbono, un elevado contenido de oxígeno y compuestos volátiles.
Estos compuestos volátiles (formados por cadenas largas del tipo CnHm, y presencia
de CO2, CO e H2) son los que concentran una gran parte del poder calorífico de
la biomasa. El poder calorífico de la biomasa depende mucho del tipo de biomasa
considerada y de su humedad. Así normalmente estos valores de poder calorífico
de la biomasa se pueden dar en base seca o en base húmeda.
En
general se puede considerar que el poder calorífico de la biomasa puede oscilar
entre los 3000 – 3500 kcal/kg para los residuos ligno - celulósicos, los 2000 –
2500 kcal/kg para los residuos urbanos y finalmente los 10000 kcal/kg para los
combustibles líquidos provenientes de cultivos energéticos. Estas
características, juntamente con el bajo contenido de azufre de la biomasa, la
convierten en un producto especialmente atractivo para ser aprovechado energéticamente.
Procesos termoquímicos:
Comprenden
básicamente la COMBUSTIÓN, GASIFICACIÓN y PIRÓLISIS, encontrándose aún en etapa
de desarrollo la LIQUEFACCIÓN DIRECTA.
Combustión:
Las tecnologías
utilizadas para la combustión directa de la biomasa abarcan un amplio espectro
que va desde el sencillo fogón a fuego abierto (aún utilizado en vastas zonas
para la cocción de alimentos) hasta calderas de alto rendimiento utilizadas en
la industria.
Gasificación:
Consiste en la quema de biomasa
(fundamentalmente residuos foresto industriales) en presencia de oxígeno, en
forma controlada, de manera de producir un gas combustible denominado “gas
pobre” por su bajo contenido calórico en relación, por ejemplo, al gas natural
(del orden de la cuarta parte). La gasificación se realiza en un recipiente
cerrado, conocido por gasógeno, en el cual se introduce el combustible y una
cantidad de aire menor a la que se requeriría para su combustión completa.
El
gas pobre obtenido puede quemarse luego en un quemador para obtener energía
térmica, en una caldera para producir vapor, o bien ser enfriado y
acondicionado para su uso en un motor de combustión interna que produzca, a su
vez, energía mecánica.
Pirólisis:
Proceso similar a la gasificación
(a la cual en realidad incluye) por el cual se realiza una oxigenación parcial
y controlada de la biomasa, para obtener como producto una combinación variable
de combustibles sólidos (carbón vegetal), líquidos (efluentes piroleñosos) y
gaseosos (gas pobre). Generalmente, el producto principal de la pirólisis es el
carbón vegetal, considerándose a los líquidos y gases como subproductos del
proceso.
La
pirólisis con aprovechamiento pleno de subproductos tuvo su gran auge antes de
la difusión masiva del petróleo, ya que constituía la única fuente de ciertas
sustancias (ácido acético, metanol, etc.) que luego se produjeron por la vía
petroquímica. Hoy en día, sólo la producción de carbón vegetal reviste
importancia cuantitativa.
El
carbón vegetal como combustible sólido presenta la ventaja frente a la biomasa
que le dio origen, de tener un poder calórico mayor o, lo que es lo mismo, un
peso menor para igual cantidad de energía, lo que permite un transporte más
fácil. No obstante, debe hacerse notar que la carbonización representa una
pérdida muy importante de la energía presente en la materia prima, ya que en el
proceso consume gran cantidad de ella.
Procesos bioquímicos:
Los procesos
bioquímicos se basan en la degradación de la biomasa por la acción de
microorganismos, y pueden dividirse en dos grandes grupos: los que se producen
en ausencia de aire (anaeróbicos) y los que se producen en presencia de aire
(aeróbicos).
Procesos anaeróbicos:
La fermentación anaeróbica, para
la que se utiliza generalmente residuos animales o vegetales de baja relación
carbono / nitrógeno, se realiza en un recipiente cerrado llamado “digestor” y
da origen a la producción de un gas combustible denominado biogás.
Adicionalmente,
la biomasa degradada que queda como residuo del proceso de producción del
biogás, constituye un excelente fertilizante para cultivos agrícolas.
Procesos aeróbicos:
La fermentación aeróbica de
biomasa de alto contenido de azúcares o almidones, da origen a la formación de
alcohol (etanol), que, además de los usos ampliamente conocidos en medicina y
licorería, es un combustible líquido de características similares a los que se
obtienen por medio de la refinación del petróleo.
Las
materias primas más comunes utilizadas para la producción de alcohol son la
caña de azúcar, mandioca, sorgo dulce y maíz.
El
proceso incluye una etapa de trituración y molienda para obtener una pasta
homogénea, una etapa de fermentación y una etapa de destilación y
rectificación.
Otros recursos energéticos:
Hay oportunidades en que la
biomasa resulta más útil al hombre para otros usos distintos del de producir
energía a través de ella, como es el caso de los alimentos, fibras textiles,
materiales de construcción, etc.
Sin
embargo, la explotación de biomasa para distintas actividades económicas, deja
una parte de ella sin aprovechar, la que se transforma en residuo de esa
actividad. De acuerdo a las características particulares que poseen, los
residuos pueden provenir de las siguientes actividades: forestales,
forestoindustrales, agropecuarias, agroindustriales o urbanas.
Es
importante destacar que en ocasiones puede darse la necesidad de cultivar y
explotar la biomasa con fines exclusivamente energéticos. En este caso se habla
de cultivos energéticos.
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